Recent Posts


1 de 50 libros. 2% completado

0 de 10 clásicos. 0% completado

0 de 53 películas. 0% completado

0 de 12 películas. 0% completado

0 de 1000 episodios. 0%completo

0 de 50 documentales. 0%completo

miércoles, 18 de abril de 2012

La media naranja

 

 

El concepto de media naranja siempre me ha parecido engañoso. En un principio suena muy bien esa idea de que hay alguien ahí fuera esperando por nosotros, alguien que es idóneo para cada persona, que nos completa y nos ayudara a alcanzar no sólo la felicidad sino lo mejor de nosotros mismos. ¡Menuda presión puesta en una sola persona!

En su obra “El banquete”, Platón ya presentaba esta idea de la media naranja o de la búsqueda de otra persona para completarnos

Platón cuenta que los seres humanos fueron alguna vez mitad masculinos y mitad femeninos, de hecho tenían dos caras, cuatro manos y genitales de ambos sexos. Esta unidad, parece ser, los volvía extremadamente poderosos, y estos hermafroditas empezaron a desafiar a los dioses. El Olimpo no era un lugar donde vivían deidades capaces de tolerar las rebeldías, así que los dioses decidieron matar a los humanos. Cuenta el mito que a último momento una toma de conciencia narcisista los frenó: “Si los matamos a todos no habrá quién nos adore y nos ofrezca sacrificios”. Zeus ideó la solución: “Cortaré a cada uno de los humanos en dos mitades con vida propia, así su fuerza disminuirá y no habrá más desafíos”. La idea fue aplaudida y la escisión tuvo lugar. Apolo volvió invisibles las heridas. Y los humanos divididos en hombres y mujeres empezaron a poblar la tierra.

Sin embargo, cuenta la leyenda que el esfuerzo de todo el Olimpo no pudo evitar que quedara algo del recuerdo de aquella unidad y que por eso los seres humanos siguen buscando permanentemente su otra mitad, para recuperar su fuerza y plenitud (Fuente)

Esta idea que se ha transmitido con variaciones a lo largo de los siglos, presupone que los seres humanos son seres inacabados y nos condena a la fútil búsqueda de ese ser que finalmente nos complete y nos traiga la felicidad eterna. Esta idea presenta dos importantes fallos:

  1. Los seres humanos no son perfectos, están en constante cambio y mejora. El hecho de esperar que otro ser humano con sus propias imperfecciones y problemas vaya a traernos la felicidad completa o a ser capaz de solucionar todas la deficiencias que nosotros podemos tener no es solo irreal sino que genera una gran frustración por ambas partes y nos sitúa en una posición en la que no podemos ganar. Por un lado, nos carga con la presión de completar a otra persona (¡cómo si no tuviéramos suficiente con nosotros mismos!) y por otro lado nos impide disfrutar porque  más maravillosa que sea nuestra relación nunca alcanzaremos esa supuesta “unión perfecta” que estábamos esperando.
  2. La idea de que el ser humano es incompleto, que necesita de otro para ser un todo es simplemente ridícula. Por supuesto que somos seres sociales, que nuestras relaciones con otros son fundamentales en la vida de cualquiera y que solo podemos alcanzar nuestro máximo potencial con la ayuda de otros, pero hay un camino muy largo desde disfrutar de alguien a depender de él, de compartir la vida a colonizarla. Además la idea de que somos incompletos solo nos lleva a mantener relaciones dependientes, al fin y al cabo si no soy una entidad por mi mismo, me convierto en una especie de parásito que necesita de otros para vivir.

Como decía Clementine en Olvídate de mí

Muchos hombres creen que soy un concepto, o que quizás les complemento, o que voy a darles vida. Sólo soy una mujer jodida que busca su propia paz de espíritu, no me asignes la tuya...

Cada uno de nosotros tiene sus propios problemas, sus propias deficiencias, sus propias luchas, no sólo es egoísta sino poco sano cargar ese peso en la espalda de otro. Tú eres responsable de tus decisiones, de tu vida y tu felicidad. No tengas miedo de estar sola, tú eres responsable del camino que tomas, encontrar a alguien con recorrerlo simplemente lo hace un poco más divertido.

0 comentarios:

Publicar un comentario