Recent Posts


1 de 50 libros. 2% completado

0 de 10 clásicos. 0% completado

0 de 53 películas. 0% completado

0 de 12 películas. 0% completado

0 de 1000 episodios. 0%completo

0 de 50 documentales. 0%completo

miércoles, 22 de febrero de 2012

Ponerse tetas el día de San Valentín o porque quiero ser como Iron Man


Adoro el día de San Valentín. Todo esa idea de celebrar el amor, ya sea con tu pareja, amigos, familias o con un extraño que te cruces por la calle, me parece maravilloso.  Y no me vengáis con todo ese rollo de que es un fiesta inventada para que consumas. Yo celebro San Valentín todos los años, recibo y doy regalos todos los años y nunca me gasto ni un euro. Así que si el día de San Valentín te vuelves una loca consumista, te voy a decir un secreto, tú ya eras una loca consumista, sólo necesitabas una excusa.
A pesar de todo, tengo que reconocer que la gente tiende a volverse un poco extrema en ese día: pedidas de mano rimbombantes, billetes del viaje al caribe, consumo masivo de chocolate y un crecimiento exponencial del odio parejil y la envidia. Yo creía que lo había visto casi todo, pero este año han conseguido sorprenderme y con creces. Una conocida me ha dicho que de regalo de San Valentín a sí misma se había puesto tetas. ¿Qué mejor demostración de amor hacia una misma que pasar por el quirófano para cambiar tu cuerpo? Eso si es amor incondicional a una misma y lo demás son tonterías.
No voy a entrar en el tema del dinero. Supongo que es porque soy pobre pero si tuviera 6.000 dólares para gastar (ponerse tetas en California es increíblemente barato, será alta demanda, Hollywood no perdona las tetas pequeñas) creo que los invertiría en otra cosa. Pero la cuestión no es esa. Lo que me sorprendió es que una chica de 21 años, con un cuerpo precioso y nada de lo que avergonzarse hubiera decidido gastar parte de su dinero en cambiar algo en su cuerpo. ¿Cuánto debes odiar  esa parte de ti para decidir pasar por el quirófano? Pero si eso no es suficiente, lo que todavía me llamo más la atención es que otras amigas que tenemos en común, simplemente lo asumieran como algo normal, incluso envidiable.
La situación me hizo pensar mucho en la forma que, sobre todo las mujeres, nos vemos a nosotras mismas y nuestro cuerpo. Pararos un momento a pensarlo conmigo. Tienes a tu disposición 6.000 dólares y pudiendo gastarlos en tu educación, en un viaje por el mundo o simplemente invertirlos en bolsa y conseguir más dinero, decides que tu principal prioridad y necesidad es utilizar ese dinero para cambiar algo de tu cuerpo. ¿Quién te ha hecho pensar que tu cuerpo es algo que debe ser cambiado/ mejorado? ¿Quién te ha dicho que una de tus principales preocupaciones debe ser como luces por fuera? ¿Quién te ha dicho que tu felicidad va a unida a tu aspecto físico? Y lo más importante, ¿quién te ha dicho que pasar por el quirófano te ayudará a sentirte mejor, a quererte más, a gustarte más? Esa sensación sólo durará hasta que vuelvas a mirarte de nuevo en el espejo y descubras otra cosa que tampoco te gusta de ti.
No me malinterpretéis, no estoy tratando de juzgar a nadie, simplemente creo que si no en todos los casos, en un alto porcentaje de ellos estas operaciones se hacen por razones equivocadas y se cree que van a solucionar cosas que no deberían necesitar solución en primer lugar. Por eso, y aunque vaya un poco tarde, os traigo mi deseo para todos vosotros en el día de San Valentín:
Qué un día puedan decir de vosotros lo mismo que dicen de Tony Stark
Y que todas las decisiones que toméis sean sólo una forma más de demostrar cuánto os queréis y respetáis a vosotros mismos

0 comentarios:

Publicar un comentario