Dominique Browning en su columna del New York Times del 5 de enero trata un tema que siempre me ha llamado la atención, la aparente incapacidad de los hombres para estar solos. En su columna, Dominique explica que generalmente los hombre tras el divorcio tienden a buscar de nuevo una pareja y sin embargo las mujeres prefieren mantener por más tiempo su soltería.
Una de las razones que Dominique da para esta situación es que los hombres son conscientes de los peligros del mundo y que eso les hace buscar la compañía porque les trae seguridad.
Being alone feels dangerous to a man. No one has your back. No one feeds you. No one nurses you in your sickbed. No one takes up a watch if you vanish or sends out a search party if you wander off the trail.The world is dangerous enough without adding the dangers that come of being alone.Estar sólo es peligroso para un hombre. Nadie vigila tu espalda. Nadie te alimenta, Nadie te cuida cuando estás enfermo. Nadie inicia la vigilancia si tú desapareces o manda el equipo de búsqueda si tu te alejas del camino. El mundo es lo suficientemente peligroso sin añadir los peligros derivados de estar solo. (Traducción libre)
Sin embargo, en el caso de las mujeres Dominique defiende que les cuesta mucho más renunciar a esa soledad porque en casa, en su propio espacio se sienten seguras y cómodas.
Most single women I know really love their lives.Sometimes we suffer pangs of loneliness, sometimes we ache for the companionship of that mythic soul mate, but mostly we cherish our independence. We love doing whatever we want to do, when we want to do it.(…) .We love not being judged, not being criticized, not being hemmed in. We love the give and take of making our own decisions
La mayoría de las mujeres solteras que conozco realmente aman sus vidas. A veces sufrimos punzadas de soledad, a veces sentimos nostalgia de la compañía o esa mítica alma gemela, pero la mayoría de nosotras valoramos nuestra independencia. Nosotras amamos hacer lo que sea que queremos hacer, cuando queremos hacerlo. Nosotras amamos no ser juzgadas, criticadas o encerrada. Nosotras amamos el toma y daca de tomar nuestras propias decisiones.(Traducción libre)
Aunque la aproximación de Dominique me parece un poco simplista si reconozco que tiene algo de razón en la idea base que quiere transmitir. En mi propia experiencia, cuando las mujeres tienen algún problema suelen encontrar el comfort en la tranquilidad de su casa, al menos mientras recuperan las fuerzas.
Sin embargo, esta idea me ha hecho pensar sobre porque la mujer necesita estar en soledad para sentirse no juzgada o criticada. Creo que lo que implícitamente está mostrando Dominique en esta columna, incluso aunque no sea su intención, es que la mujer todavía sufre una presión social superior a la del hombre. Cómo viste, cómo habla, cómo se comporta, que decisiones toma… todas esos elementos son objeto de estudio y crítica cuando se trata de una mujer pero no cuando se trata de un hombre o al menos, no de forma tan habitual.
La mujer necesita su espacio porque necesita un lugar para ser ella misma, sin embargo el hombre no necesita de la soledad porque puede ser el mismo en el espacio público, no debe esconderse porque sabe que salvo raras excepciones su comportamiento y decisiones no serán analizados por los demás, mientras que una mujer sabe que cada paso que dé será mirado con lupa.
El problema real aquí y del que Dominique no habla en su columna no es el miedo del hombre a la soledad sino las restricciones de la mujer en sociedad. Mientras estar con un hombre suponga someterse al escrutinio y presiones sociales las mujeres seguirán queriendo o más bien necesitando su espacio de soledad y sólo estarán dispuestas a renunciar a él cuando estén locamente enamoradas.
If we were lucky enough to fall madly in love with someone again, we would gladly trade in our single ways and hitch up. But the key word is “madly”.Si nosotras somos lo suficientemente afortunadas para enamorarnos locamente con alguien de nuevo, alegremente entregaríamos nuestra soltería y daríamos el sí quiero. Pero la palabra clave es “locamente”.
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